Hans Wilsdorf estaba firmemente convencido de la capacidad de una persona para innovar y luchar por la excelencia.
Publicado el 9 de Abril de 2024
Hans Wilsdorf estaba firmemente convencido de la capacidad de una persona para innovar y luchar por la excelencia. Casi 120 años después de la creación de la marca, la filosofía del fundador está más presente que nunca, desde la fabricación de los relojes de la empresa hasta sus compromisos en todo el mundo.
Desde el principio, la historia de Rolex se ha caracterizado por la búsqueda de la perfección y la ambición de superar los límites.
A principios del siglo XX, un emprendedor visionario afincado en Londres estaba al borde del éxito. ¿Su objetivo? Presentar al mundo de la relojería actual una firma de esfera aún desconocida: Rolex. Con un nuevo nombre, inventado en 1908, se convertiría en unas pocas décadas en una de las marcas más respetadas del mundo. Como relata Hans Wilsdorf en sus memorias sobre los primeros días de su empresa, la oposición a la que se enfrentó al principio parecía insuperable.
El emprendedor empezó con muy poco, pero poseía cualidades invaluables: visión, perseverancia y una extraordinaria capacidad de trabajo. Huérfano a la edad de 12 años, sin nada más que su determinación de ayudarle a superar los desafíos, Hans Wilsdorf inventó el primer reloj de pulsera automático, resistente al agua y con rotor Perpetual del mundo, un reloj que se ha convertido en un referente en términos de calidad. y prestigio.
“Demasiado complicado, demasiado frágil, mal adaptado”: el reloj de pulsera fue recibido con escepticismo. Sin embargo, basándose en sus creencias firmemente arraigadas, Hans Wilsdorf logró alcanzar su audaz objetivo de establecer el reloj Rolex – el Oyster Perpetual – como el arquetipo del reloj de pulsera automático resistente al agua, un reloj robusto y preciso capaz de soportar todas las condiciones. Pero no fue simplemente un visionario que dotó a los relojes Rolex de sus características técnicas y estéticas fundamentales. Su constante búsqueda de la perfección estuvo acompañada de una profunda generosidad y una fe inquebrantable en el potencial humano.
Rolex, una empresa integrada e independiente, cuenta con recursos de fabricación que abarcan una
amplia gama de habilidades y conocimientos. Relojeros, ingenieros, diseñadores y otros
especialistas trabajan en estrecha colaboración desde el diseño hasta la fabricación de los
relojes. La cultura empresarial de Rolex se basa sobre todo en los valores humanos, que sitúan
tanto la experiencia como las habilidades interpersonales en el centro de las diferentes
actividades de la marca.
Rolex alberga una variedad de profesiones, llevadas a cabo por empleados expertos en sus campos.
La empresa diseña y fabrica la mayoría de los componentes de sus relojes, desde la fundición de
aleaciones de oro hasta el mecanizado, la elaboración, el ensamblaje y el acabado del
movimiento, la caja, la esfera y el brazalete, así como el engaste de gemas. Su know-how también
está disponible en todo el mundo gracias a una excepcional red de servicio posventa.
Para garantizar que la experiencia de la marca perdure en el futuro, Rolex cuenta con su propio Centro de Formación exclusivo. Dedicado a la búsqueda de la excelencia y al desarrollo de sus empleados, el centro, situado en Ginebra, ofrece formación a los empleados e instruye a los aprendices. La empresa tiene como objetivo transmitir a las generaciones más jóvenes el orgullo por sus habilidades y el dominio de sus conocimientos.
La colección Oyster Perpetual se basó en el éxito del Oyster original lanzado en 1926. Como primer reloj de pulsera resistente al agua del mundo (con su arquitectura de caja patentada), desempeñó un papel pionero en el desarrollo del reloj moderno. Con el paso de los años, el Oyster se convirtió en el orgulloso portador de muchas otras innovaciones –como la cuerda automática mediante el rotor Perpetual (1931)– que definieron la identidad de los modelos de la colección y forjaron la reputación de excelencia de Rolex, entre ellas la cronométrica. La precisión y la fiabilidad se encuentran entre los pilares.
El Oyster evolucionó gradualmente hasta convertirse en una colección de relojes que integraba
nuevas funciones y tecnologías innovadoras. Todos los modelos comparten características
fundamentales y una fuerte identidad visual. Hoy en día, la colección consta de 12 gamas,
divididas en dos categorías: relojes clásicos como el Datejust y el Day Date, y relojes
profesionales, incluidos el Explorer y el GMT-Master II.
Como pionera del reloj de pulsera moderno, la empresa está en el origen de numerosas
innovaciones importantes en la industria relojera y ha presentado más de 600 patentes a lo largo
de su historia.